Deportes: una palabra clave no solamente para la salud, sino también para la vida

Que por casualidad no practiquemos un deporte no significa que no nos guste, pues ciertamente podemos sentir pasión por determinadas disciplinas, aunque no las hayamos practicado jamás en la vida. También es posible practicar muchos de ellos, pero mostrar favoritismo por uno solo en específico, o dedicarse de manera profesional a uno en concreto y entregarse a él en cuerpo y alma. Incluso se puede poseer cero por ciento de aptitudes o talento deportivo, pero al mismo tiempo disfrutar de una competición a través de la pantalla del televisor o in situ, con el mismo fervor de quien compite. He allí lo complejo y atractivo de este milenario y maravilloso mundo.

Los deportes en sus variadas disciplinas pueden proporcionar a las personas experiencias sensoriales extraordinarias, además de beneficios incalculables. Así como el mundo de la música nos invita a fascinarnos mezclando distintos elementos tales como rock, flamenco, pop y soul; o construir lo que se quiera con aquel famoso juego de construcción Mecano; de la misma manera los deportes pueden ser edificantes, es decir, servir de ejemplos para actuar bien e incitar a la virtud, lo que produce resultados invaluables.

Pero antes de continuar andando por este maravilloso mundo de los deportes, es pertinente destacar cuál es el significado etimológico de dicha palabra. Proviene del latín deportare, que significa “divertirse”, “recrearse”. A todas luces, es hermoso dicho significado, ya que la diversión y la recreación invitan a lo positivo, a lo armónico, a lo cultural. No en vano, la cultura griega dio mucha importancia al deporte y creó los Juegos Olímpicos de la antigüedad, los cuales fueron la base de los Juegos Olímpicos modernos. Y si retrocedemos más en el tiempo, sabremos que el ser humano ha practicado la actividad física desde el mismo comienzo de su existencia en la tierra y que, para adaptarse al entorno y a su supervivencia, desarrolló actividades tales como pescar, cazar, huir, ejercitar, etc.

Así como los griegos crearon los Juegos Olímpicos, también crearon la lucha y el maratón, entre muchas otras disciplinas. Por ejemplo, citar ese honorable deporte que es el maratón y no hacer un poquito de referencia acerca de su interesantísimo origen, podría resultar algo injusto. Se dice que el nombre “maratón” proviene de la leyenda del soldado griego Filípides, quien después de haber estado combatiendo frente a los persas durante un día entero en la batalla de Maratón en el 490 a. C., fue enviado desde la ciudad de Maratón a la ciudad de Atenas en un recorrido de 40 kilómetros para anunciar la victoria de su ejército. Según la leyenda, el soldado, al llegar al destino, cayó agotado y murió de fatiga, pero alcanzó a decir una palabra: nike, que significa en antiguo griego “victoria”.

Siglos después, en los juegos de Atenas de 1896, se incorporó la carrera llamada maratón dentro del programa de los modernos Juegos Olímpicos, y se fijó la distancia de la carrera en 40 km en honor al mito griego. En las Olimpíadas de Londres de 1908 fue cambiada la distancia de los 40 km a 42 kilómetros con 195 metros. Dicha extensión de longitud fue a pedido de la reina, que deseaba que la carrera pasase frente al Palacio Real.

Y es ese el recorrido que todo maratonista adora trazar. No en vano, la palabra “meta” está en las expectativas de cada deportista, es decir, lo que son 42 km para un maratonista, es un marcar tiempo, un subir distancias y, por supuesto, un romper récord para un corredor de carreras; es un match point para un jugador de tenis; es un tres set de 25 puntos cada uno para un equipo de voleibol; es el haber registrado el mayor número de tiros para un equipo de baloncesto; es un batir récords de tiempo para un nadador; es el mayor número de goles para un equipo de fútbol; etc. Sea el deporte individual o de contacto, todos pasan por un solo filtro, que es tener disciplina, lo cual conducirá a sus respectivas metas.

No obstante lo anterior, también es preciso destacar a todas aquellas personas que se dedican a hacer deportes, pero con fines no competitivos, que simplemente lo hacen por mera satisfacción; y para quienes hacer deportes es hacer vida. Personas que saben con creces que es una de las mejores medicinas que existen en la humanidad, ya que, además de coadyuvar al desarrollo físico de los individuos, también proporciona beneficios psíquicos y sociales invaluables.

Asimismo, no podemos pasar por alto a aquellas personas que, independientemente de su edad, ocupación, status o preferencias, dedican parte de su tiempo a disfrutar de cualquier deporte, bien sea a través de una pantalla de televisión o asistiendo a algún estadio o cancha deportiva, o donde sea se desarrolle la disciplina, con el mero fin de ser un espectador apasionado y fiel.