“Doctor Peyo”: caballo de terapia que escoge instintivamente al paciente que necesita amor

La historia a continuación es de esos fascinantes relatos donde el amor y la compasión juegan un papel preponderante en la vida de las personas y, más aún, para aquellas que están padeciendo una enfermedad grave. Una de las tantas cosas interesantes de este cuento de la vida real, es que se comprueba que el amor entre seres humanos y animales traspasa cualquier barrera.

En tal sentido, podemos mencionar que particularmente el caballo es el único animal que los pacientes pueden montar y que ofrece principios terapéuticos de relajación muscular y estimulación sensorial, algo que denota lo perceptivos que pueden llegar a ser estos impresionantes animales.

Es así como traemos la historia de Peyo, conocido cariñosamente como «Doctor Peyo», un caballo de terapia de 15 años que ha ganado reconocimiento por su extraordinaria capacidad para reconfortar a pacientes con enfermedades graves, especialmente aquellos con cáncer, en el Hospital de Calais, Francia, refirió el diario La Nación.

Orígenes y descubrimiento de su don

Originalmente, Peyo fue entrenado para participar en espectáculos ecuestres. Sin embargo, su cuidador, Hassen Bouchakour, notó que el caballo tenía una vocación diferente. Después de los espectáculos, Peyo seleccionaba instintivamente a ciertas personas entre el público, acercándose y permaneciendo junto a ellas.

Con el tiempo, Bouchakour se dio cuenta de que Peyo elegía específicamente a personas que estaban enfermas, ya fuera física o mentalmente. Intrigado por este comportamiento, Bouchakour consultó con diversos especialistas, incluyendo veterinarios, neurólogos, psicólogos y médicos, para comprender mejor las habilidades de Peyo.

Tras conocer esta habilidad del caballo, su cuidador abrió un mundo poco conocido pero demasiado empático para aprender de la vida: el entrenador renunció a su carrera como showman y decidió abrazar el don especial de Peyo para ayudar a quienes lo necesitan. Así fue como, Bouchakour se ha dedicado a trabajar con una organización terapéutica llamada Les Sabots du Coeur (los zuecos del corazón), que está llevando a cabo un estudio de las extraordinarias habilidades de Peyo.

Para el año 2016, Bouchakour decidió aprovechar el don especial de Peyo y comenzó a trabajar como voluntario en el Hospital de Calais, en Francia. Allí, Peyo visita diariamente a los pacientes de la unidad de cuidados paliativos, ofreciendo consuelo y compañía a quienes más lo necesitan, indicó el medio.

Habilidades únicas e impacto en pacientes

Lo más sorprendente de Peyo es su capacidad para identificar a los pacientes que necesitan atención. El caballo indica a su cuidador qué habitaciones visitar colocándose junto a la puerta y levantando una pata. Esta habilidad ha llevado a que algunos lo consideren capaz de detectar el cáncer, aunque esto no ha sido científicamente comprobado.

Este comportamiento del caballo terapeuta y su presencia en el centro de salud ha tenido un efecto profundo en los pacientes. En algunos casos, su compañía puede reducir significativamente el dolor, hasta el punto de que algunos pacientes requieren menos medicación.

Y es que Peyo ofrece momentos de alegría y paz a quienes se encuentran en las etapas finales de su vida, ayudando a más de 1,000 personas desde que comenzó su carrera como caballo de terapia.

Preparación y cuidados

Dado que los hospitales son entornos estériles, Bouchakour dedica aproximadamente dos horas a preparar a Peyo para cada visita, limpiándolo minuciosamente con toallitas desinfectantes. Además, ha entrenado a Peyo para que indique cuándo necesita ir al baño, moviendo su cuerpo de un lado a otro.

“Con Peyo, intentamos recrear la vida al final de la vida, para luchar y crear una energía para acompañar a las familias y los cuidadores”, dijo Bouchakour al portal digital intriper.com.

La fascinante historia de Peyo es un testimonio conmovedor del vínculo especial que puede existir entre los animales y los seres humanos, al demostrar cómo la compasión y el cariño pueden manifestarse de las formas más inesperadas.