No importa si vendrán 10.000 momentos más ¡Cuando escucho música, este se convierte en mi momento favorito!

Escrito por el 9 mayo, 2023

La frase que da la bienvenida a este artículo tal pareciera que ha sido expresada por alguien que ama con pasión a la música, lo cual produce satisfacción porque qué bonito resulta que una de las tantas artes que adornan este mundo, inspire unos minutos valiosos de lectura sobre un tema que no le es ajeno a casi nadie. Porque por más que existan cientos de maneras de ver el mundo y que lo procesemos y describamos diferente, la música será siempre un elemento de unión, tranquilidad y disfrute.

Es cierto que la música destaca de forma especial. No en vano ha hecho compañía a otras artes divinas y ciencias humanas a lo largo de la historia. Tal como lo expresó aquel escritor brasileño Julio César de Mello y Souza, mejor conocido como Malba Tahan, “eran siete las jóvenes que caminaban por una ruta: la Pintura, la Música, la Escultura, la Arquitectura, la Retórica, la Dialéctica y la Filosofía…” e indudablemente cada una ha hecho su aporte a la humanidad.

Alrededor de la música se ha tejido todo un conjunto de definiciones, sensaciones, fraseología, melodías, ritmos, historias, etc., y tomamos la oportunidad para plasmar aquí la definición tradicional del término, el cual es “el arte de crear y organizar sonidos y silencios respetando los principios fundamentales de la melodía, la armonía y el ritmo, mediante la intervención de complejos procesos psico anímicos».

Es muy común leer o escuchar que el origen de la música es desconocido y que inicialmente “no se utilizaban instrumentos musicales para interpretarla, sino la voz humana o la percusión corporal”; pero, de acuerdo a los expertos, podemos llegar a conocer que la palabra música procede de la expresión latina ars música, que es una copia del griego mousiké téchne, que quiere decir «arte música«, o lo que es lo mismo, «arte de las musas«.

Arte de las Musas, es decir, inspiración, belleza… Existen diferentes tipos de géneros: salsa, merengue, balada, techno, pop, flamenco, hip hop, reggaeton, rancheras, vals, romántica, clásica, instrumental, música vocal o acapella, música sonora, jazz, blues, rock, country, etc., también juegan un rol importante la variedad de ritmos, de melodías, de letras y de mensajes. Puede que no todas sean de nuestro agrado, pero lo que sí podemos aseverar con firmeza es que con música hemos bailado, hemos llorado, hemos reído, hemos recordado, hemos sentido erizada la piel, hemos besado, hemos amado, hemos creado, hemos soñado o, simplemente, hemos vivido. En pocas palabras, la música siempre haráque lo que tengamos en el corazón y en el alma encuentre una salida a través de ella.

Ciertamente, el mundo es una inmensa matriz de sensaciones cada vez más intensas. De experiencias cada vez más profundas, en el sentido de la noción alemana del erlebnis (vivencia), que son las cosas por las que se atraviesa a lo largo de la vida; diferente del erfahrung (experiencia), que es lo que nos enseña a vivir. Y es, precisamente, ese erfahrungel que hace que escuchar alguna canción se convierta en una experiencia religiosa. Que pasemos de oír, a escuchar, a sentir, a describir, a transmitir y, así, aprendemos a vivir. Es saber que escuchar música es una afirmación; es la afirmación de que nuestra vida podría ser distinta. Más agradable, más feliz, más divertida, más intensa, más apasionada, más llena de vivencias de las que nunca nos olvidaremos.

Es posible que en la medida que recorramos las líneas de este artículo vayamos destilando puros pros con relación a la música, pero ¿Cómo no hacerlo así?, cuando precisamente nos resulta un tanto difícil pensar que existan personas que no les gusta escuchar música, sin embargo, estamos conscientes de que las hay. E indistintamente, somos comprensivos y al mismo tiempo respetuosos de los estilos de vida de las diferentes personas.

Expresamos la plena comprensión de que sabemos que existen muchas formas de vida, costumbres, religiones, etnicidad, etc., que dan cuenta de los diferentes gustos e inquietudes de los seres humanos. Con base a ello, tomamos aquella célebre frase del filósofo alemán Friedrich Nietzsche, que reza «Una vida sin música es un error». No podemos compartir dicha afirmación porque existen otros tipos de artes que pueden agradar a las personas. Porque si a alguien no le gusta, es factible que pueda ser atraída por la pintura, la escultura, la escritura o cualquier otra cosa que le llene el alma, y no precisamente porque en su vida no haya música, vive en un error.

En este sentido, abogamos con todo respeto y comprendemos a todos aquellos a los que no les interesa la música, pero, como este artículo está redactado por Movida hispana, donde cada uno hemos aprendido lecciones con letras de canciones; donde hemos bailado con ritmos que han puesto a bailar al mundo entero, donde hemos vivido canciones como si hubiesen sido escritas para nosotros, entonces, por esa razón, seguiremos hilando a favor de ella con una gran sonrisa dibujada en nuestras rostros mientras escribimos. Porque tal y como dice aquella fabulosa cantante española, Concha Buika, «Que por casualidad no he escrito las canciones, no significa que no las haya vivido» y aquí en Movida hispana al escribir sobre música, venimos a sentirlo y a expresarlo todo, lo que nos gusta y lo que no nos gusta.

Apostemos porque la música nos habite eternamente. Porque siempre disfrutemos al son de un Verano en Nueva York del Gran Combo de Puerto Rico; porque alguien nos pregunte siempre un Oye cómo va de Tito Puente; porque siempre comprendamos a un cansado Caballo Viejo de Simón Díaz que nos enseñó que el amor no tiene edad; porque sepamos que La Muerte del Rucio Moro de Reinaldo Armas es un canto magistral a la naturaleza y una extraordinaria descripción de la inmensidad del llano venezolano; porque nos repitamos una y otra vez hasta el cansancio que Qué bonita es esta vida de Jorge Celedón; porque nuestra voz pueda volar y atravesar cualquier herida, cualquier tiempo, cualquier soledad mientras cantemos un Yo viviré de Celia Cruz; porque siempre haya alguien que prometa regar y cuidar una Flor Pálida de Marc Anthony; porque cada quien diga vivo A mi manera de Frank Sinatra; porque siempre hayan muchos Leonard Cohen por todo el mundo escribiendo hermosas letras como la de Hallelujah, divinamente interpretada por Il Divo; porque cuando ya alguien no nos ame, nos conceda un Te solté la rienda de Maná; porque cada cumpleaños u ocasión especial recibamos El regalo más grande de Tiziano Ferro; porque el dinero no sea determinante para sentirnos El rey de Vicente Fernández; porque luchemos por nuestras metas y deseos, y nos digamos a diario Yo no me doy por vencido de Luis Fonsi; porque estemos en una playa cualquiera del mundo y las olas griten ¡Ay, bendito! al ritmo de Despacito de Luis Fonsi y Daddy Yankee; porque estamos perfectamente enamorados de alguien y No hay nadie más de Sebastian Yatra; porque bailemos hasta el cansancio al ritmo de un Es Mentiroso de Olga Tañón; porque nos bañemos al ritmo de un Mediterráneo de Joan Manuel Serrat; porque no juzguemos a nadie en este mundo por no querer un amor civilizado como se expresa enContigo de Joaquín Sabina; porque no tiremos la toalla y creamos siempre en el amor aun cuando escuchemos cientos de veces un No me vuelvo a enamorar de Juan Gabriel; porque pasemos una noche conversando con El Cigarrillo de Ana Gabriel; porque le preguntemos a un amigo un Cuéntame cómo te ha ido de Rosario Flores; porque cuando besemos sintamos un océano de hormigas caminando por nuestra sangre al compás de Juan Luis Guerra… y así sucesivamente, muchas y muchas canciones más que hacen que un océano nos corra por las venas, que solemnemente elevan al vivo concepto de “música”.

Vaya un reconocimiento a todos esos músicos que dejan constancia a través de sus composiciones y a través de sus voces de aquello que verdaderamente sentimos y creemos, de lo que auténticamente albergamos en nuestros corazones. Así que desde Movida hispana, reiteramos dicho reconocimiento a todos aquellos que hacen música magnífica, luminosa y alegre, y le pedimos fervientemente a Santa Cecilia, patrona de los músicos, que los guíe siempre.


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