Las estrellas que el universo nos arroja… ¿Somos afortunados o no? ¿Podrán ayudarnos los astros? ¿Depende de nuestras decisiones? ¿O de cómo asumamos los aspectos planetarios?

Escrito por el 23 mayo, 2016

Sean cuales sean las respuestas a dichas interrogantes, siempre será un placer pasearnos por los pasillos de la astrología. Pasillos que conectan con una ciencia milenaria como lo es la astronomía, la cual, estudia la estructura y composición de los astros, su localización y las leyes de sus movimientos. No en vano Johannes Kepler, astrónomo y matemático alemán, sentado en una colina rodeado del vasto complejo del Castillo de Praga, con las panorámicas vistas de tan majestuosa y bella ciudad, observaba la conjunción de dos planetas: Saturno y Júpiter, que se producía en la constelación de los peces, por allá en el año 1603. Realizando sus cálculos astronómicos, Kepler descubrió que una conjunción semejante se había dado en el 6 – 7 a.C. Luego, en 1925, otro astrónomo erudito descifró unos escritos de la escuela de astrología en Babilonia, en los que se hacía referencia a la mencionada conjunción del  7 a.C. y se indicaba que Júpiter y Saturno habían sido visibles durante un período de 5 meses. Muy factiblemente fue esa misma conjunción la que vieron los Reyes Magos, quienes también contaban con conocimientos astronómicos y que, siguiendo esa silueta de la estrella, fueron dirigidos hasta el lugar de Belén donde nació Jesús.

En aquel tiempo, si esas personas a las cuales se hace mención pudieron hacer cálculos y sacar conclusiones que se han constituido como grandes aportes para la humanidad, ¿por qué entonces no tomar la astrología, que también estudia la posición y el movimiento de los astros, como una herramienta más para facilitar la existencia?, es decir, aprender a usar las energías positivas, reducir los niveles de incertidumbre, interpretar el destino de las personas o, por ejemplo, ayudar en el proceso de su toma de decisiones.

Ciertamente en tiempos antiguos, los feudos, reyes, emires y jeques se consultaban con astrólogos para tomar decisiones. Dichas consultas implicaban la decisión de iniciar guerras o no, políticas alimentarias, agricultura, aspectos importantes en la vida social, etc. Eso llevó a que la astrología fuera considerada materia de estudios en las universidades de antes. Luego el poder de los astrólogos fue diluido por el aumento de las religiones. Esta ciencia fue ridiculizada y prohibieron las clases formales en centros educativos, dejando a los astrólogos en la clandestinidad.

También es cierto que hoy en día abundan numerosísimas ciencias tanto duras como blandas, que facilitan el desarrollo de las cosas, así como por ejemplo la Ciencia Política, profesión respetable como tantas otras, que permite hacer uso de métodos prospectivos de análisis para reducir un poco la incertidumbre en tanto no se puede predecir el futuro. Es decir, sería impensable hacer el análisis de un proceso político sin visualizar el área y la dimensión de lo que se analiza. Las perspectivas metodológicas nos ayudan entonces a focalizar los problemas en los procesos de cambios políticos para su comprensión. Asimismo, la química, la cual nos permite la comprensión de muchos campos, como por ejemplo, la agricultura, la medicina, la biología molecular, la astronomía, la genética, etc., y en ese tenor, van surgiendo un sin fin de ciencias, recursos y herramientas que nos complementan, nos enseñan, nos ilustran, nos orientan, nos conducen, nos calman, nos seducen, nos construyen… en fin, nos hacen mejores seres humanos, pues hacen que sepamos con más claridad quiénes somos y lo que queremos para así permitir que las cosas nos afecten en menor medida.

Ciertamente, las decisiones de nuestro pasado determinan nuestro presente y futuro, pero ¿Por qué no darle a la astrología un poco más de atención y hacerla parte de nuestras esferas de desarrollo?

¿Por qué si estamos en un planeta atravesado en todas las direcciones por autopistas de la información, no abrazar todo lo que sea un posible conocimiento? Es decir, ¿Por qué si a pesar de los pésimos naipes que la vida nos pudo haber servido en los últimos tiempos, no pudiésemos aún sentirnos afortunados?

¿Por qué no aprovechar la conjunción de un Sol con Marte? conjunción que proporciona aspectos tantos positivos como negativos, pero que inteligentemente podemos hacer uso solamente del lado positivo y ganar provecho. ¿Por qué evocar a Nietzsche con aquello de que «un día dispone de cien bolsillos cuando se tiene mucho que meter en ellos», pero no valorar el hecho de que un astrólogo te diga que tienes a Saturno en Casa 8, lo cual promete que tu vida será larga, y, por lo tanto, podrás planificarte a tus anchas y con la mejor voluntad posible? O, simplemente, conocer de la mano de tu astrólogo favorito, cuál es tu ascendente y cómo influye ese ascendente en aspectos de tu personalidad… ¿o cómo esa Casa 1 y Casa 10 va a marcar nuestra imagen, cómo nos ven, etc…?

En este sentido, desde Movida hispana, le hacemos un reconocimiento a esa maravillosa ciencia que es la astrología y a esos seres que se esmeran en hacer cálculos matemáticos, como «aquel hombre que calculaba»,  no sin antes solicitar que prevalezca la honestidad, la ética y, sobre todo, el buen consejo y que cada persona pueda explorar bien sea en su esfera privada lo fascinante de ese mundo.

 

 

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