La Inteligencia Artificial, una mirada al futuro

Entre 1962 y 1987 Hanna Barbera mostró una visión de lo que podría ser el mundo en el año 2062 de la mano de una simpática familia conocida por todos como Los Supersónicos. Esta serie animada que durante veinte años acompañó a la mayoría de los lectores de esta revista, asombró a todos con la presentación de un mundo alucinante en donde había autos voladores, mascotas robóticas y sirvientes robóticos, como Robotina, que mantenían la casa de punta en blanco, facilitando el día a día de las personas.

El universo de Los Supersónicos era sin dunda una visión increíble del futuro, pero que parecía tan lejana, que no dejaba de ser más que un entretenimiento fantasioso para los niños. No obstante, llegado este momento, nadie puede decir que es del todo “fantasioso” o, por lo menos, imposible.

La tecnología ha evolucionado muchísimo. Primero con la llegada de las computadoras y del Internet. Después con los teléfonos inteligentes que todas las personas tienen en su mano y ahora con dispositivos especiales como Alexa, que gestionan en el hogar cosas sencillas como la selección de la música y otras más complejas como la búsqueda de la información.

Todos los individuos desde hace más de treinta años han tenido un contacto directo con los avances de la tecnología. Siendo la televisión, la computadora y el teléfono los ejemplos más claros. No obstante, hay quienes sostienen que jamás han tenido contacto con la inteligencia artificial, pero esto no es del todo cierto porque la verdad es que la mayoría de las personas se relaciona con ella de una manera o de otra.

Primero que nada, hay que tener claro qué es la inteligencia artificial (IA). Esta se puede entender como un sistema conformado por algoritmos cuyo principal propósito es crear máquinas que puedan recrear la inteligencia humana y, de esta manera, optimizar la vida de las personas.

Oficialmente, el término se acuñó en 1956, pero la IA existe desde que lo hacen las computadoras. Más o menos desde el año 1938 cuando Konrad Zuse, un ingeniero alemán, completó la Z1, una calculadora binaria, mecánica y de accionamiento eléctrico que se consideró la primera computadora electro-mecánica del mundo.

Desde entonces la evolución no ha parado y la manera en la que se filtra en el día a día de las personas es tan precisa que bien podría pasar desapercibida. Un ejemplo de ello son los algoritmos instalados en las cuentas de correo electrónico que, fácilmente, clasifican los correos entre promociones, sociales y bandeja principal. Lo mismo ocurre en portales como Netflix. La plataforma, al tener un registro de la programación que el usuario suele ver y hacer la relación entre los contenidos, selecciona entre todo el material disponible aquellos títulos que se asemejan al gusto del espectador garantizando así que vea películas y/o series que, seguramente, serán de su agrado.

En otros espacios la IA también se usa diariamente para operaciones importantes como análisis económicos que garanticen buenas inversiones hasta dispositivos médicos que ayudan a personas con enfermedades como la diabetes al informales sobre sus niveles de insulina y, de ser necesario, recordarles inyectarse la dosis necesaria.

La IA definitivamente ha impactado la vida de las personas y hay quienes sostienen que el año 2023 será clave para la evolución y el asentamiento de esta. No obstante, hay quienes señalan que así como una ventaja, también puede representar un peligro para la humanidad.

Son muchos los especialistas que se preocupan por las atribuciones que se le entregan a estos dispositivos, en especial tras ver como ahora pueden escribir poesía, realizar pinturas e, incluso, dirigir grandes empresas como es el caso de NetDragon Websoft, una compañía china especializada en el desarrollo de videojuegos y que ahora es dirigida por Tang Yu, una androide que funciona con inteligencia artificial.

Las películas de ciencia ficción siempre han advertido sobre la amenaza de la IA para la humanidad, pero también es cierto que historias como la de Los Supersónicos muestran una cara mucho más amable de estos dispositivos. Los expertos también están divididos: algunos están en pro y otros en contra de su desarrollo, pero lo cierto es que, hasta el día de hoy, nadie tiene certeza alguna del alcance que tendrá la inteligencia artificial. Solo queda esperar y seguir evolucionando con ella de la mano.

Por Sofía N. Avendaño