¿Qué pasa en el alma de un niño cuando cambia de país?

Escrito por el 1 julio, 2025

Para muchos el migrar se ha convertido en algo mucho más que un cambio de lugar, se traduce y se siente como un viaje emocional intenso, especialmente para los niños. Y es que no solo dejan atrás su casa, sino también a sus amigos, sus costumbres, su idioma y parte importante de su identidad.

Es por ello que el alma de un niño migrante puede atravesar por un duelo que viene representado por la pérdida de lo conocido (escuela, amigos, familiares, comidas, celebraciones). También pasa por el miedo y ansiedad, ante lo desconocido, el nuevo idioma, la adaptación a nuevas reglas y dinámicas.

Este cóctel de emociones le generan al niño migrante confusión de identidad, llegan a cuestionarse: ¿Quién soy aquí? ¿Cómo encajo? ¿Está bien hablar español?

Muchas veces estos sentimientos generan soledad, por lo que pueden sentirse diferentes o aislados, sobre todo si enfrenta discriminación o no encuentra otros niños con experiencias similares.

¿Qué cambios emocionales y psicológicos presentan? 

  • Estrés y ansiedad: El proceso de adaptación puede generar síntomas físicos y emocionales.
  • Baja autoestima: Si siente que no encaja o es rechazado.
  • Resiliencia: Pero también puede desarrollar una gran fortaleza emocional y flexibilidad.

Atentos a estas señales

  • Cambios repentinos en el humor.
  • Pérdida de interés en actividades que antes disfrutaba.
  • Dificultades en la escuela.
  • Regresión en el desarrollo.
  • Quejas físicas sin causa aparente.

¿Qué podemos hacer para fortalecer el vínculo y la comunicación? 

  1. Escucha activa: Deja que exprese sus emociones, sin juzgar ni minimizar sus miedos o tristezas.
  2. Rutinas familiares: Mantener pequeñas tradiciones o rituales de casa ayuda a dar seguridad.
  3. Tiempo de calidad: Jugar, conversar, compartir historias de la familia y del país de origen.
  4. Validar sus emociones: Decirle que es normal sentirse triste, enojado o confundido.
  5. Aprender juntos: Explorar el nuevo entorno como equipo, mostrando curiosidad y apertura.

¿Qué sucede con su identidad latina, cómo cultivarla?

 El entorno del niño debe adaptarse a la nueva realidad, pero sin dejar atrás las tradiciones y costumbres del país de donde nacimos, por ello, es fundamental: 

  • Celebrar tradiciones: Fiestas, música, comidas típicas, cuentos y leyendas.
  • Hablar español en casa: Fomentar el bilingüismo es un regalo para su identidad y futuro.
  • Conectar con otros latinos: Buscar grupos, actividades o iglesias donde pueda ver reflejada su cultura.
  • Orgullo de sus raíces: Contarle historias de su país, de sus abuelos, de la riqueza de ser latino.

Pedir ayuda es un acto de amor

Ante esta nueva realidad que ahora se hace presente a diario en cada familia latina, lo importante es buscar apoyo psicológico, consejería escolar o grupos de apoyo.

Es entender que no es señal de debilidad el buscar ayuda, sino un acto de amor y responsabilidad. Debemos saber que la salud mental de los niños migrantes debe ser prioridad colectiva: todos somos responsables de crear entornos seguros, inclusivos y amorosos, que le generan al menor la seguridad de seguir creciendo en un ambiente distinto, pero lleno de amor, valores y prosperidad.

Aunque este fenómeno de la migración puede ser una herida profunda, también puede ser una gran oportunidad de crecimiento y resiliencia. Acompañar a un niño migrante es acompañar su alma, validar su dolor, celebrar su identidad y construir juntos un nuevo hogar donde se sienta amado y orgulloso de ser quien es.

Debemos recordar que la salud mental de nuestros niños latinos migrantes es una prioridad colectiva. ¡No estás solo/a en este viaje!


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